El diseño del restaurante Camelo en Madrid nace con el objetivo de renovar completamente este negocio para dar un nuevo concepto de restaurante al local. En el interiorismo de este restaurante de diseño contemporáneo se buscó desde un primer momento la tradición local y familiar de sus propietarios para poder reinterpretarla de forma contemporánea sin que pierda su esencia natural.
Es un lugar donde se ofrecen comidas, encuentros culturales, conciertos, charlas y mucho más, donde desconectar y disfrutar de su gastronomía y las posibilidades que se ofrecen en este local de 165 metros cuadrados.
Diseño
El diseño y decoración del local parte de materiales tradicionales como es el ladrillo rústico, el ladrillo panal, la madera, azulejos de cerámica esmaltada y algunos elementos de forja. Dos materiales tradicionales proceden de la historia familiar de los propietarios de este local. Se trata de la cuerda, trabajada por el abuelo de su propietario, así como las cucharas de madera de boj que utilizaría su padre.
Son materiales que se complementan y equilibran perfectamente como otros más modernos que se encuentran en el espacio. Un claro ejemplo de esto son los paneles acústicos de lana de madera en el techo, y el silestone en la superficie de la barra. También nos encontramos con hormigón pulido en el pavimento interior.
Los materiales, iluminación, colores y texturas se han pensado en conjunto combinando con otros elementos. El mobiliario es de diseño escandinavo, con piezas singulares. La alacena, los maceteros, bancos de obra, todo ello crea un espacio con mucho encanto.
Distribución
El nuevo diseño del local contrasta demasiado con el anterior, menos aprovechado. De hecho, antes de hacerse cargo del proyecto, los interioristas detectaron muchos puntos de mejora. La barra estaba sobredimensionada, los espacios de almacenaje lejos de la cocina y había muy poco espacio de restaurante. Los baños estaban en la mitad del local. Todo era una distribución muy poco práctica para un espacio como este, por lo que se decidió aprovechar mucho más los recursos de los que se disponía con una redistribución del local.
El nuevo diseño hace que la superficie del restaurante sea mayor, la amplía incrementando con ello el número de comensales. Se incluyen más mesas de madera con clásicas sillas que saben encajar perfectamente en el espacio y les dan mayor comodidad a los comensales. Las mesas son de diseño propio, las sillas Wishbone CH24 combinadas con el sillón Clyde de Maison du Monde y el taburete Nilson.
El almacén conecta y une la cocina y la barra. La cocina asimismo se ha redistribuido para aprovechar su superficie. La zona de barra es singular, con dos mesas altas, y hay espacio hasta para 60 comensales en el restaurante. El baño fue desplazado a un lugar más discreto y cómo para quien quiera ir a él. El patio trasero ha dejado de ser un espacio de almacenaje para ser mucho más y adquirir mayor protagonismo.
Este proporciona otro a los clientes, con mucha luz. Además, tiene un pozo que da mayor atractivo a este espacio. Se usa el ladrillo panal. Con un sistema de riego por goteo el agua del pozo se bombea dejándola caer por los huecos del ladrillo panal y penetra en los poros de arcilla generando un efecto botijo que pasa del estado líquido a vapor de agua para reducir su temperatura.
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Si eres un profesional
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